5 de noviembre de 2022

Lo Supremo.

 

Según las enseñanzas de Jesús, Dios está en todos nosotros. Lo compro. Entonces, por mi propia experiencia debe haber algo superior a Dios. Yo le llamo "Lo Supremo". Es responsable de las cosas que nos pasan y que no controlamos, a las que llamamos buena ó mala suerte, etc. 

A mí me gusta tener todo bajo control, y, para ello, gestiono las cosas con tiempo. Pues resulta, que no tenemos nada bajo control, si "Lo Supremo" no lo quiere. En realidad no controlamos nada, pero eso es otra historia... Lo que sí he vivido a lo largo de mi vida, han sido situaciones que han salido mejor de lo previsto y otras, peor de lo previsto, ó directamente no salen.

En algunas ocasiones han sido para bien, como aquella vez que estando en Grecia,  quería comprar unas acciones antes de una hora determinada. En las tres ocasiones que intenté llamar, no lo conseguí. Una por estar ocupada una cabina por alguien que se iba a quedar a dormir allí. En otra ocasión, el cable estaba roto, y en la tercera sólo admitía tarjeta y yo tenía monedas.

Cuando llegué a la cuarta  cabina y llamé ya hacía 2 minutos que habían cerrado la bolsa de Madrid y allí me quedé dándole golpes al auricular... Sin embargo, días más tarde, y por curiosidad me enteré de que esas acciones se habían desplomado...

Tampoco es que me hubiese arruinado pero hubiera perdido un dinero ahorrado con mucho esfuerzo. Por este motivo, no he olvidado este asunto de "mala suerte" ó lo que ahora entiendo por lo que "Lo Supremo" daba por sentado y dándole lástima mi ignorancia me hechó una mano."

Debido a estas situaciones intento aceptar lo que me viene sin más reproches. Si no me cuadra lo achaco a "Lo Supremo" y a otra cosa mariposa.






13 de junio de 2022

Una tarde en Urgencias. Historia de un trauma.

 


El pasado sábado, desde el mediodía empezé a notar una opresión en el pecho que achacaba a gases ó quizás algo de ansiedad. A las cuatro de la tarde seguía igual, y, por tranquilidad fuí a Urgencias del Centro de Salud de San José para que me hicieran un electro y descartar que pudiera ser algo peor.

¡Crazo error!

Odisea número uno.

Entré al Centro de salud, que me quedaba de paso de regreso a casa (primer error).

Por suerte (eso pensaba yo), no había nadie y me pasaron inmediatamente con una enfermera que tras la información de rigor me hizo un electro. Su gesto facial no me gustó. Hizo una muesca y me dijo que iba a consultarlo con la médico de turno.

Al regreso, vinieron varias enfermeras más que empezaron a pincharme por todos lados para ponerme vías y no se qué. Que si no daban con la vena, que si inténtalo tú a ver que tal...

Me acordé de Jesús en la Cruz, cuando miró al Cielo y le dijo a su padre que porqué le había abandonado.

Pero no contentas con todo ésto, llaman a una ambulancia para que me traslade al Hospital porque tienen una duda con la lectura del Electro y para descartar, mejor que me observara un cardiólogo.

Odisea número dos.

Al llegar la ambulancia, la médico dijo que esa no valía. Tenía que estar medicalizada. Me empieza a correr un sudor frío por la mejilla.

Para más Inri, mi coche mal aparcado,  yo lleno de vías y parches que además iban arrancándome de vez en cuando por otros nuevos, para un nuevo electro, con lo que conseguí, además, depilación gratuita.

Cuando llega la ambulancia medicalizada, los tipos de mal humor, porque se quejaban de que podían haberme derivado al Hospital Insular que está al lado y no al Negrín que está al otro lado de la ciudad.

La gota de sudor cada vez más fría.

Pregunto que es lo que pasa y  me dicen que es el protocolo, que no me preocupe... 

Me cambian de camilla, me meten de esa manera en la ambulancia. 

Si estás inconsciente, no quiero ni imaginarme la cantidad de golpes que puedes llevarte al subirte al susodicho vehículo.

Descansito para fumar un cigarro el conductor y el técnico.

Se sube el conductor a su puesto y el técnico detrás mío en la Cabina a chatear con el móvil.

A toda ostia recorren la Avenida Marítima.  Sólo dos golpes de importancia. Dónde tenía la vía derecha, que me ayudó a ver la Constelación de Andrómeda, y otra en el codo derecho que todavía tiene el color morado impreso.

Tercera Odisea. 

Llegamos al Hospital. Sigo con el dolor en el pecho. Me lanzan a un pasillo y al rato vienen dos enfermeras que me trasladan a "Intensivos" mientras comentan la telenovela de la jornada anterior.

Me dejan en ropa interior, después de sacarme la camiseta con gafas y todo incluído.

Esta vez, para emparejar me apretan la vía izquierda y veo la Vía Láctea.

Me sacan sangre de esa manera. Luego resultó que perdieron dos de las muestras.

Viene el médico de Urgencias del Hospital. Por los síntomas, cree que puede ser una pericarditis, ó inflamación de la membrana que recubre el corazón... Y yo que pensaba que eran gases... Me dice que lo mejor es reposo y antiinflamatorios, pero que debe esperar al Cardiólogo...

... Llegan dos enfermeras hablando del novio de la otra. Van con un aparato móvil para hacer radiografías. Me lo colocan encima. Me dicen que no respire. Hacen la radiografía. Recogen y se van. Ni me dicen que puedo volver a respirar...

...Al rato llega el Cardiólogo. Me empieza a hacer una ecografía con otro aparato. Le llaman al busca. Hace una llamada. Me dice que se va, pero que volverá...

... Llega una señora mayor con los estertores de la muerte. La ponen al lado mío. Llegan otras enfermeras. La desnudan, le ponen un respirador asistido, mientras comentan lo bueno que está el vigilante de seguridad que han puesto nuevo en la puerta.

... Después de varias horas en las que oigo de todo, incluído quejarse a las enfermeras, de porqué estoy aquí. Que dónde está el cardiólogo que ha dejado el ecógrafo ahí tirado. Que si ya acabó la guerra de Putin, etc., veo llegar a otro médico de urgencias y le digo que me quiero ir. Que les firmo el alta voluntaria, ó lo que haga falta, pero que si no me ha dado un infarto, está a punto de dármelo...


... Y me marcho todo parcheado, picado y lleno de cardenales. Además del dolor en el pecho.














1 de junio de 2022

Subida y bajada de la montaña. Analogía del transcurso de una vida.

Voy a utilizar el título del artículo para comparar, por tramos de edades, el transcurso de nuestro recorrido existencial. 

Por supuesto, la subida a la cima de la montaña transcurre en nuestra primera mitad de la vida.  La bajada por el otro lado, en la segunda mitad. Debemos entender que el tipo de montaña depende de que en qué cultura nos hemos educado, o sea, depende de donde hemos nacido, que raza, que continente, país ...

Teniendo ésto en cuenta los tramos los clasifico por decenas de años.

Así, nuestros primeros 10 años ó infancia, nos lleva a empezar a subir la cuesta, donde nos caemos, vemos el tipo de piedras con las que nos hemos tropezado, y cuando llegamos a nuestra segunda decena de años, ya creemos que lo sabemos todo, cuando no hemos ni empezado a tener conocimiento de lo que nos espera. En la tercera decena, nuestra mochila ya lleva herramientas suficientes para poder hacer noche sin pasar frío ni mojarnos, ó guarecernos del calor extremo, como ejemplos de esos tropiezos de los que hablamos y nos hacen más sabios.

Pero sólo será en nuestra cuarta decena cuando seremos lo suficientemente maduros para haber sacado provecho de nuestra experiencia, y empezar a disfrutar de las vistas, que sólo veremos completamente en nuestra quinta decena de años, al llegar a la cúspide. Desde aquí se ve toda la panorámica en su conjunto. Miramos abajo y vemos todo lo que hemos avanzado en 50 años. Aquí se ve todo nítido y claro. Lo pequeñito de estar allá abajo, y todos los pueblitos de los alrededores. No son tan diferentes. Algunos más grandes, otros más bonitos en su conjunto, pero comparándolos con nuestro puerto de salida, no tenemos porqué quejarnos. 

Y hay que ir pensando en bajar. Ahora, en la sexta decena, es más fácil, las bajadas no suponen mucho cansancio, si estamos en forma, por supuesto. En caso contrario, nos volveremos a caer, pero no por ignorancia, sino por falta de la fortaleza física que empieza a medrar.

En la séptima decena vemos más cerca la meta, ya nada llama la atención en nuestro alrededor. Ya lo hemos visto todo antes, en la subida por el otro lado. Quizás algún arbusto que nos resulta familiar, pero que no es exactamente igual a los que conocemos. Aunque da igual unos que otros. Ya sabes si tienen frutos venenosos ó no.

En la octava decena ya vemos la llegada. Está tan cerca, pero cuesta tanto llegar. Avanzamos muy despacio, sin fuerzas. Con suerte, nos están esperando para llegar más cómodamente al final, que no es más que el inicio...















27 de marzo de 2022

Felicidad en la infelicidad. De Odo Marquard.

Me temo que este libro, que venía recomendado, es uno de los típicos que terminas leyéndolo de tres en tres líneas para terminarlo cuanto antes. Mucho misticismo que no me pega nada en Filosofía. Si buscaba algo a lo que aferrarme tras un título tan sugerente, sales peor parado que antes.

Nada realmente de provecho para los pobres mortales que buscamos soluciones externas a nuestro vacío existencial... Y encima, un rollo infumable.

No obstante, destaco lo más que me ha llamado la atención, después de quitar algunas cosas que ya había apartado como interesantes, pero como ya nadie cree en la felicidad allá en el otro mundo, pues eso...

-Acepta que en este mundo la infelicidad es balanceada por la felicidad, justa ó injustamente.

-Lo que "es" es lo que transcurre y hacia donde transcurre.

-El prejuicio de todos los prejuicios es el que afirma que todo cambio lleva a la Salvación, y mientras más cambio haya, mejor.

-El que sólo piensa en lo que debe ser y no tiene en cuenta lo que es, está ciego para la realidad...

-Vivimos en la era de los cambios rápidos pero ésto sólo es la continuación del "eterno retorno de lo mismo", aplicando otros medios. Y nos lo demuestra recordando la caída de los antiguos griegos, que nos acercaron al teatro, al Cosmos, a la ciencia, etc., no para olvidar los infortunios sino para suavizarlos, como teoría de felicidad; Dando paso al cristianismo que se opuso radicalmente a esta concepción, vendiéndonos la salvación eterna mediante el sufrimiento y la firme creencia en la Fé...

Y hemos vuelto a empezar de nuevo... Esta vez con la curiosidad (científica ó no) que hoy día no necesita ninguna justificación...

-Las culturas, creadas por el hombre, florecen y se derrumban, y, por ello, el hombre no es sólo un ser activo, sino un ser que sufre. Son más sus experiencias negativas que sus logros, y por ello, el hombre es su propia h¡storia. Es el ser no sólo de los triunfos, sino de las derrotas, con la carga de tener que soportarlas.

Por ello, allí donde otras especies hace tiempo terminaron su carrera en lo definitivo, el hombre debe "repetir de grado" en la escuela de la evolución.







20 de febrero de 2022

El Poder del Ahora. Eckhart Tolle.

 

Efectivamente no he podido evitar leer el bestseller más vendido de este hombre. Aunque sigue en su misma línea, voy a tratar de plasmar mis impresiones sobre este libro y su autor.

Su consigna es :"Atento al presente. En todo momento. En todo lugar". Ese es el poder del Ahora, el poder de tu propia presencia consciente. 

Y básicamente ahí acaba todo. 

Si ésto te cuenta entenderlo, ni sigas leyendo...

Voy a extractar lo mejor que pueda el contenido del libro, pero de la mitad en adelante, va de un misticismo entre espiritual y galáctico que ya te vale.

Según Tolle estamos viviendo en el Reino del tiempo y de la mente que habría que cambiar por la presencia (el Ahora) y el Ser. Su objetivo es que nos liberemos de la mente (resistencia)  y sus pensamientos.

Acepta lo que suceda en cada momento. Después actúa.

Renuncia a la resistencia que supone un infortunio, porque aunque no te hará estar feliz, si lograrás estar en paz.

Tu felicidad e infelicidad son la misma cosa, sólo separados por la ilusión del tiempo.

Cuando aceptas lo que es, sin trabas, alcanzarás la iluminación.

La ilusión del tiempo: 

La vida es ahora. Nunca tendrás un momento en tu vida, que no sea ahora, ni lo habrá jamás.

Nada ocurrió en el pasado; ocurrió en el ahora.

Nada ocurrirá en el futuro; ocurrirá en el ahora.

Como te quedas...


Los problemas son ilusiones mentales:

En cualquier situación de "emergencia", o sobrevives o no sobrevives. Y en ambos casos no hay ningún problema. 

Por ello,  cuando te caga una paloma en el parabrisas del coche recién limpio, por ejemplo, y nos enfadamos, no lo califiquemos como un problema...

Una puesta en práctica de lo expuesto, es preguntarte de vez en cuando, si estás relajado en ese momento, ó que ocurre dentro de tí en ese instante. Estés donde estés, estáte totalmente ahí y sea la situación que sea tienes tres opciones : retirarte, cambiarla ó aceptarla. Luego apechuga, sin excusas, sin negatividad, sin contaminarte psíquicamente...

Los ciclos de la vida:

Hay fases de éxito y fases de fracaso. Si llegado este punto, te apegas y te resistes, te resistes al flujo de la vida y sufrirás.

Lo mismo para tu energía corporal. Habrá momentos en los que estará muy activo y otros en los que crees estar estancado y que no vas a ninguna parte. Según el autor, luchar en esta fase genera enfermedades, porque esta fase es vital para la regeneración.

Para terminar, volvemos al principio. Si crees que lo que necesitas es más tiempo, lo tendrás, y junto a él tendrás más dolor. Son inseparables.