28 de noviembre de 2016

Ángulo muerto.

El título del artículo, en alusión a una película protagonizada por Nicolas Cage, titulada "Tokarev". Trata de la vida de un antiguo miembro de la mafia irlandesa que consigue salirse de la organización  y hacerse un hombre de negocios respetable. Tiene una hija que va a cumplir 17 años, estudiosa y educada, que una noche en la que su padre está en una reunión de negocios, ella, que se queda con unos amigos, es secuestrada y asesinada . El padre, a pesar de ser avisado por la policía de que no se entrometa, lía la de San Quintín, y con sus antiguos compinches terminan matando y muriendo. Al final, resultó que los amigos de la chica, sin querer y jugando con una pistola rusa, que tenía en casa su padre, le dispararon accidentalmente y asustados montaron este teatro. Para mí la parábola de esta película es que al final, "El que la  hace la paga". 
El protagonista,  que con 17 años cometió su primer asesinato y robo a un mafioso ruso, al que mató con la misma pistola con la que mataron a su hija, cuando iba a cumplir justo esa edad, pensó que era una venganza.
Un policía le explicó el caso de atropello a su hijo, que fue ingresado de urgencias. Sólo pensaba en usar su arma reglamentaria contra el conductor y matarlo, si su hijo moría. Su hijo se salvó y días más tarde fue al lugar del incidente y comprobó que en el lugar de los hechos había un ángulo muerto en el que ningún conductor podía haber evitado atropellar a su hijo que pasó con su bici justo por ese sitio.
A pesar de ser avisado, de que a lo mejor no era lo que pensaba,  y ésto no fue una excepción, actuó de esa manera salvaje, porque pensó que era algo contra él,  por lo  hecho en el pasado, y resultó que su propia conciencia le pasó factura.
Esto es sólo una película, pero esta ficción no difiere mucho de la realidad. Lo que sembramos, en mejor ó peor cuantía cosecharemos. Por eso creo, que hay que actuar siempre en conciencia de cada uno y afrontar las consecuencias de lo bueno y lo malo que hayamos hecho.
Mi experiencia personal, me ha enseñado con los años, que mientras más hagas por los demás sin pensar primero en tí mismo, aunque parezca egoísta, hará que en muchos casos, te lleves desengaños, y que sientas que a los que has ayudado son unos ingratos que además,  hagas lo que hagas, a la primera que te equivoques te criticarán. No se puede generalizar ni exagerar hasta el extremo, pero en mayor ó menor medida ésto es así.
Y luego te queda el resquemor, que no sirve sino para que te sientas peor.
También es cierto que, nosotros no vemos nuestros fallos, porque no somos objetivos, y es muy posible, que hayamos perjudicado a otros, aunque no sea "a conciencia".