11 de abril de 2013

Cazadores de recompensas.

Hablo desde mi experiencia y entender. Actualmente los agentes inmobiliarios que quedan, actúan como su propio nombre indica como intermediarios en una compra venta de inmuebles, pero con matices. Normalmente conoces al profesional, porque ha estado contigo durante un tiempo considerable, enseñándote propiedades que te puedan interesar, y, llegado el momento final le dejas en sus manos la tuya para que te la venda.
Y comienza el circo. Ofertas para aquí, ofertas para allá... Desgarran la propiedad buscando tu beneficio y, obviamente el suyo propio. Mastican la propiedad hasta que al final la escupen, desnuda, desprotegida. No hay ningún tipo de cariño en la transacción. Sólo dinero por medio. Cierto es, que nadie te obliga a aceptar lo que te dicen, pero confías en ellos, porque se han portado bien, hasta ese momento.
Luego, una vez se ha llevado a cabo la operación, lo que queda es una sensación de vacío, en la que el haberte equivocado ó precipitado te ronda durante mucho tiempo.
Es lo que toca cuando haz comprado una propiedad cara en el año 2007 y la vendes por la mitad de precio en el 2013.
Espero que no se me revuelvan las tripas dentro de 10 años, cuando vuelva a leer este artículo y las cosas hayan cambiado drásticamente.
Todo lo que he dicho anteriormente, lo digo, al contrario de lo que pueda parecer, con gran cariño y respeto por mi agente inmobiliario que me ha tenido que soportar durante todos estos años, en los que he tratado de comprar la casa de mis sueños a cambio de un apartamentucho en Las Canteras, y de  mi vivienda habitual, que no se ha vendido, y, no creo que se venda. Y si así fuera, con lo que saque por las dos propiedades no tendré ni para pagar la mitad de algo que me guste, que era la idea inicial :

Piso+apartamento = casa.

Actualmente :

Piso+apartamento = nada.

  ... Por tanto, mi gozo en un pozo.






7 de abril de 2013

Fórmulas para hacerse rico.

No existe ninguna fórmula para hacerse rico, que nadie honesto quiera oir, tal y como entendemos la honestidad en nuestra sociedad. Nadie que trabaje por un sueldo a final de mes puede hacerse rico. Se puede vivir, regularmente, bien ó muy bien. Punto pelota. Las únicas fórmulas para hacerse rico, pasan por abusar, explotar ó vivir a costa de otros desgraciados, que creen hacer lo correcto, trabajando por un sueldo para que otros puedan vivir a su costa.
Así de claro. Esto ha sido así desde el principio de los tiempos. Para que unos pocos puedan vivir de p... madre otros se tienen que deslomar.
Puedo poner múltiples ejemplos, pero todos, si somos realistas, podemos ponernos en situación y, para bien ó para mal, podemos reconocer que ésto es así.
Anoche ví una película titulada "El ladrón de  palabras" en el que un individuo, que quería llegar a ser escritor se da cuenta de que es un mediocre en eso que le gusta tanto, y, reconoce que no podrá pasar de ser un empleaducho de tres al cuarto. Sólo un golpe de suerte, le da un giro a su vida, y, es que se encuentra casualmente, un manuscrito, que resulta ser una novela buenísima. Pero tras ese manuscrito hay una historia de alguien que le hace ver que se ha hecho rico, gracias a su desgracia, y, puesto que le ha robado sus  palabras, también debe quedarse con su dolor.
Si a alguien se le ocurre una idea que lleva a la práctica y lo convierte en empresa, necesitará de gente no tan inteligente, pero que le ayudará a llevar a término su trabajo. Si quiere enriquecerse con esta idea lo podrá hacer, pero, si es honesto, deberá compartirlo con sus trabajadores y ayudantes, para que, todos puedan vivir bien y, en éste como en la mayoría de los países, el egoísmo humano, lo va a impedir.
Recuerdo en un viaje por Suecia, país que admiro notablemente, el conductor del bus, cuya empresa era de ese país, me comentó que su jefe, el empresario y dueño de una flota de 10 autobuses, apenas ganaba un poco más que los empleados, puesto que éstos llevaban la carga del trabajo, mientras que su gestión, aparte de su aportación económica a la hora de comprar la empresa, no justificaba, enriquecerse a costa de ellos.
 
Desgraciadamente éso no lo he visto en España, y, dudo que por mucho que cambien las cosas, como está pasando actualmente, lleguemos a  esa demostración humana y cultural de los escandinavos.