Como dije en el artículo anterior, gracias a Borja Vilaseca he conocido al autor de referencia.
Es un poco místico, pero aplicable y práctico si no le pones muchas trabas.
Me ha fascinado su módulo sobre la ciencia que estudia la aceptación. La Aceptología como la llama, es una herramienta fantástica para acabar con el sufrimiento, porque según nos cuenta, aquello que no soy capaz de aceptar es la única causa del sufrimiento. Es importante no confundir la resignación con la aceptación. En el primer caso aceptas algo que no comprendes, en el segundo caso sí lo comprendes, y lo aceptas.
También nos asegura que la única persona que puede hacerte feliz eres tú mism@. Para ello hay que aceptar la realidad de la vida como un orden perfecto, valorando lo que la vida te da.
Necesitas renunciar a idealizar y trabajar con la realidad del Universo, por ende tu propia realidad.
La secuencia de la liberación pasa, y en este orden, por:
Creer en el Orden Universal (Religión con la Fé).
Saber ciertas cosas (Ciencia).
Saber vivir con el Orden Universal (Sabiduría).
No sólo seguir ese Orden sino respetarlo (Aceptología).
Adaptarse al Orden Universal (Maestría).
No cometer el error de querer cambiar la realidad externa, sino la interna.
Los problemas del ser humano son sólo cuatro:
1-De relaciones humanas por no saber respetar, compartir e integrarnos.
2-Problemas de salud por no saber manejar ni aceptar nuestro cuerpo físico.
3-Problemas económicos por no aceptar el destino de las personas y querer interferir.
4-Problemas de ubicación por no saber adaptarme al lugar que me corresponde. Y ésto vale para todo. El hogar, el trabajo, el país, el planeta...
Y todos ellos suceden por no aceptar el Orden Perfecto del Universo.
Cuando seas capaz de amar y respetar a todos los seres del Universo, verás la vida como es.
¡Eso se llama despertar!
Para poder aprender debes entrar donde está todo lo que tú permites que te hiera. Así puedes reconocer tus limitaciones y trascenderlas.
Por tanto:
Mantener la paz interior, a pesar de lo que afuera pueda suceder te hace feliz.
Actúa donde estás y hazlo lo mejor que puedas.
Si no puedes evitar el pensamiento (y no puedes), piensa siempre lo mejor nunca lo peor.
De nuevo insiste en dejar de ofrecer resistencia a la vida, para que ninguna fuerza pueda ir en contra tuya. Ese es el secreto de la aceptación. Entender que jamás podrás perder algo que no necesitas.
Dejemos de querer ser buenos con los demás. Si no he aprendido a solucionar mis problemas, ¿Qué puedo ofrecer a los demás? Sólo mis limitaciones, mis problemas y mi ignorancia. Por tanto, por donde hay que empezar... Por mí mismo, ese es el punto de comienzo de todo.
Cada uno de nosotros es importante para sí mismo; no para los demás... Si comprendes ésto, puedes empezar a querer a otro como a tí mismo.
Cuando no aceptas a alguien/algo por cualquier motivo, yo tengo el problema por no aceptarlo como es. Si alguien comete un delito, es un problema de él, no mío. Si lo juzgo, tengo un problema de no aceptación y ese si es mi problema. El rencor como como pensamiento de venganza no causa daño a nadie sino es a mí mismo, y ésto me impide ser feliz.
Generar la experiencia de no tenerle miedo a nada y poder tener paz interior pasa por aceptar la realidad tal cual es. ¿La acepto? Pues no tengo porqué sufrir.
Y por último, si no puedes hacer lo que quieres dedícate a querer lo que haces.