Un maestro contaba que un hombre, huyendo de un tigre y acercándose la noche, salta a un vacío y se agarra de una liana, en donde como puede, pasa la noche.
Al día siguiente, mira hacia abajo y allí está el tigre durmiendo, esperando a su presa.
Entonces, mira enfrente suyo y ve una apetitosa y jugosa fresa, que madura, está esperando a que alguien se la coma, y así lo hace nuestro amigo, disfrutando al máximo su sabor y calmando su sed.
Y aquí acaba el cuento.
Entonces, uno de los oyentes, molesto, pide que aclare que pasa con el tigre. Si al final se lo come ó no.
El maestro, le cuenta que el tigre es la muerte, y la fresa son las pequeñas cosas del día a día que nos hacen felices. Estar pensando continuamente en si el tigre nos va a atrapar ó no, nos distrae de los verdaderamente importante, vivir.