Esta sentencia tan simple pero tan profunda, no es mía, es de Eckart Tolle, una especie de Dalai Lama occidental, que me ha golpeado con fuerza, en algo, en lo que estaba fallando constantemente. Y muchos de nosotros. Comernos el coco continuamente. Con lo pasado y con lo futuro. No vivir el momento presente, es la mayor calamidad a la que estamos sometidos actualmente, por lo menos yo. Hasta hoy. Este hombre te dice primero que no te tomes tus pensamientos en serio, porque la mente pensante es sólo un pequeño aspecto de la consciencia que eres. Te pide que observes la sensación de estar aburrido e inquieto, en vez de buscar algo que hacer continuamente, como comer por comer, ver la tv, tapar un agujero que no es necesario en este momento... Nos agobiamos con estas historias. Esto te puede enseñar a descubrirte.
Cuantas veces hemos visto a un conocido que hace mucho tiempo que no ves, y tras la alegría y saludo correspondiente, se dicen que a ver si un día quedan para tomar un café, y luego, pasa un lustro, y vuelves a encontrarlo y vuelta a empezar. No hay mejor momento que el momento presente, para todo.
La felicidad es un estado normal del ser humano, pero cada uno la persigue de forma diferente, según sea su carácter.
La obligación es una libertad de segundo grado. Es interesante, porque te evita tomar decisiones.
El protocolo dice que quien no se hace notar es un ejemplo de distinción y elegancia, pero, como lo sabemos, si no te haces notar. Esto lo vemos en las convenciones y reuniones de importancia, donde todos los hombres van iguales, por ejemplo de smoking. Todos van elegantes, pero ninguno resalta sobre el otro. Pero, claro, cuando las mujeres empezaron a acudir con sus maridos ó no, a estas galas, se rompió la regla. A ver cual de ellas es la más guapa.