20 de diciembre de 2012

El Aguila.

Este ave llega a vivir 70 años. Para llegar a esa edad, en su cuarta década tiene que tomar una seria decisión. A los 40 años, sus uñas se vuelven tan largas y flexibles que no puede sujetar a las presas de las que se alimenta. El pico, alargado y en punta, se curva demasiado y ya no le sirve. Apuntando al pecho están las alas, envejecidas y pesadas en función del gran tamaño de sus plumas, y para entonces se vuelve muy difícil volar. Sólo tiene dos alternativas : abondanarse y morir, o enfrentarse a un dolorosísimo proceso de renovación que le llevará aproximadamente 150 días.
Este proceso consiste en volar a lo alto de  una montaña y recogerse en un nido próximo a un paredón donde no necesite volar y se sienta más protegida.
Entonces, el águila comienza a golpear la roca con el pico hasta arrancárselo. Luego espera a que le nazca uno nuevo con el que podrá arrancar sus viejas uñas inservibles. Cuando las nuevas comienzan a crecer, empieza a desprenderse de sus viejas y sobrecrecidas plumas. Y después de todos esos largos y dolorosos 5 meses de heridas, cicatrizaciones y crecimiento, logra realizar su famoso vuelo de renovación, renacimiento y festejo para vivir otros treinta años más.


<<Extraído del libro Aplícate el cuento>>