16 de mayo de 2021

Miedo a la felicidad.

Primero que nada, decir que este artículo lo publico hoy, pero es de Junio de 2.020.

A falta de un título más sugerente, llamaremos así a este artículo del libro "La trampa de la Felicidad" de Russ Harris. 

Trata sobre los sentimientos (buenos y malos) que creamos a través de los pensamientos.
Nos remite al inicio de la humanidad, hace 100.000 años, donde la necesidad del hombre pasaba por sobrevivir el día a día. Superar las inclemencias de la naturaleza, de sus depredadores... 
Había que sobrevivir para poder comer, beber, dormir a cubierto y tener sexo para continuar con la especie, y su momentito de placer, claro.
Este instinto de supervivencia se ha desarrollado tanto, durante tantos años que actualmente no podamos controlarlo como quisiéramos, para evitar hacernos daño mental, que actualmente alcanza cotas muy altas entre la población mundial.
Hace 70 años, la preocupación de mis abuelos, y cubiertas todas las necesidades anteriores, eran estar a bien con Dios para alcanzar la gloria eterna. Trabajaban en la tierra desde que salía el sol hasta que se ponía, y sólo dos sábados al año iban a bailar y pasarlo bien. 
En la actualidad, muchas de nuestras preocupaciones pasan por quitar la caca de paloma que ha caído en el parabrisas justo tres minutos después de haber sacado el coche del tren de lavado.
Me refiero en líneas generales, claro está. Por supuesto, hay gente con muchos problemas, pero no son del tipo "sobrevivir a las fauces de un león que anda suelto por las calles".
Tenemos todo a golpe de un toque de dedo sobre el móvil (para pedir comida a domicilio, ó para saber que tiempo hace dentro de una hora...) Otro click sobre el mando de la TV para saber si saco una peli del videoclub online ó me veo un documental de la 2.
Ahí, creo, radica el verdadero problema. No tenemos problemas, los creamos.
No podemos evitar muchas cosas, como que nuestros seres queridos mueran tras 90 años sobre la faz de la Tierra.
Si no tenemos algún problema, nos lo inventamos, y soltamos la imaginación a pasear.


Conclusiones:

1.-Los pensamientos negativos (que no hay posibilidad "humana" de evitarlos), pensarlos cantando, como para descojonarnos de ellos.
2.-Intentar evitar esos pensamientos negativos nos traen más pensamientos negativos. Esto es así.