Este título, en alusión a una película belga que lleva el mismo título, y que narra la historia de una pareja con hijos pequeños, en el preludio de la separación. Después de 15 años ya no hay amor sino, si cabe, odio. La mujer ya no soporta al marido, que en mi opinión, no ha cambiado, sino que la mujer que se ve en igualdad de condiciones ó más si cabe, porque es la que trabaja regularmente, se ve en situación de contradecir a su marido delante de las niñas y empiezan las discusiones, con el agravante de que esos niños en el medio, lo sufren.
Que hay de aquel dicho en el que la Virgen María decía :
¡He aquí la esclava del señor! ¡Hágase en mí según tu palabra!
No quiero ser un redicho, pero en la época de mis abuelos las familias no se rompían como ahora, porque la mujer no podía sobresalir por encima del marido, y lo que éste dijera, por absurdo que fuese, se hacía.
Es muy probable, que no fuera lo correcto, pero se respetaba, la mujer y los hijos lo aceptaban.
En la época de mis padres, las madres en su madurez, con la llegada de la igualdad de la mujer con el hombre, se rebelaron y empezaron los malos rollos. En el mejor de los casos había divorcio, pero en el peor seguían juntos, haciéndose la vida imposible. Y a su entorno.
En la actualidad, y volvemos al guión de la película antes mencionada, ninguno de los dos está por la labor de aguantar más de lo necesario al otro y empiezan a volcarse toda la porquería de atrás, hasta que la situación es insostenible.
Hay otra película en cartel, que nos viene al pelo. Se titula "Figuras ocultas" y narra la historia de esas mujeres que la historia no menciona. De ahora en adelante, empezaremos a ver más de estas mujeres y menos hombres, porque actualmente, los universitarios están formados en un 75% por mujeres.
Por eso, los personajes célebres, hasta ahora eran hombres.
Nos vienen a la mente eminencias como Einstein, Newton, Darwin, Edison, Pasteur, etc.
Ya que nombramos científicos, por no seguir con médicos, filósofos, escritores,etc, podemos mencionar a Marie Curie, y porque su marido Pierre Curie estuvo a su lado, y le cedió el protagonismo que se merecía y no al revés. Ahí dejo eso.
Es verdaderamente complejo, hoy por hoy, mantener una familia tradicional, tratando de mantener el respeto y la amistad cuando ya se acaba el amor, y no se hace nada por mantenerlo, sino es cediendo uno ante el otro, cosa que actualmente, no parece que esté sucediendo como algo habitual.
Veo los casos en los que el marido parece un mindundi ante la mujer y no me gusta. Tampoco, los casos en los que el hombre menosprecia (en distintos grados, da igual), a la mujer. Ese equilibrio de respeto entre ambos no se ha conseguido del todo, y los que lo han logrado son muy pocos.
Debe ser una mezcla de respeto, cariño, libertad, en los casos en que no hay amor ó miedo. Y es que el amor ó el miedo que procesa una persona a otra te hace vivir para y por esa persona.
Cuando el miedo desaparece y la pareja se rebela en favor de su libertad y de su amor propio, pasan cosas como el maltrato ó los asesinatos tan de moda hoy en día.
Pero como decía el Ché Guevara : ¡Prefiero morir de pie que vivir de rodillas!
Esto es muy importante, en mi opinión, porque sólo hay una persona a la que debes querer más que a nadie, y esa persona es a uno mismo.
Cuando alguien ama a otro más que a sí mismo, obviamente, no ve nada malo en que el otro le pida lo que quiera porque lo va a tener. Si es buena gente, fantástico, porque también velará por tí. Si no es así, malo.
Todo ésto viene a completar las famosas crisis matrimoniales, que cada vez acaban en ruptura, porque buscar una solución que permita seguir conviviendo en armonía es difícil, pero no imposible.
Me hace gracia oir a mis conocidos que prefieren divorciarse sin luchar porque conocen a alguien más joven ó porque quieren libertad para viajar en moto por Europa, ó un largo etcétera, fantasioso, porque amigo, la edad no perdona, y cada edad tiene su lugar y su momento. El que espera continuar igual que cuando tenía 25 años cuando ronda los 50 sólo vivirá efímeramente algo que ya tuvo y que ya no volverá a tener.
Disfruta y respeta lo que tienes, porque sólo valoramos lo que tenemos cuando lo perdemos.