La vida sin sentido ó el sentido de la vida. O lo tienes claro ó no. Me ha dado por retomar el tema sobre la felicidad, autoestima y otros que nos permitan vivir con alegría. Así que aquí estamos porque estamos aquí. Si llegas tarde y, encima te están reprochando que llegas tarde pierdes más tiempo todavía. Todo cambia. Nada es constante. Nos quejamos de que la monotonía nos aburre y nos deprime. Si embargo, cuando algo cambia y nos toca esa rutina nos quejamos también. No existe un término medio entre calidad y nivel de vida. La felicidad es efímera y dura lo que dura las sensaciones agradables que a veces con los recuerdos de los buenos momentos emergen y nos envuelven en un aura de esplendor. Todo pasa. El amor también. Todo es efímero, la felicidad más que nada. A decir verdad, nos quedan las cosas como el trabajo. Si estás a gusto en él mejor. Luis, catequista, decía que hay que ir a gusto al trabajo, deseando que fuese lunes para incorporarnos con alegría. Santificar el trabajo, nos hace merecedores de entrar en el Reino de los Cielos. Luego, comprobé que el tipo trabajaba sólo 4 horas diarias y lo ganaba bien...