No existe ninguna fórmula para hacerse rico, que nadie honesto quiera oir, tal y como entendemos la honestidad en nuestra sociedad. Nadie que trabaje por un sueldo a final de mes puede hacerse rico. Se puede vivir, regularmente, bien ó muy bien. Punto pelota. Las únicas fórmulas para hacerse rico, pasan por abusar, explotar ó vivir a costa de otros desgraciados, que creen hacer lo correcto, trabajando por un sueldo para que otros puedan vivir a su costa.
Así de claro. Esto ha sido así desde el principio de los tiempos. Para que unos pocos puedan vivir de p... madre otros se tienen que deslomar.
Puedo poner múltiples ejemplos, pero todos, si somos realistas, podemos ponernos en situación y, para bien ó para mal, podemos reconocer que ésto es así.
Anoche ví una película titulada "El ladrón de palabras" en el que un individuo, que quería llegar a ser escritor se da cuenta de que es un mediocre en eso que le gusta tanto, y, reconoce que no podrá pasar de ser un empleaducho de tres al cuarto. Sólo un golpe de suerte, le da un giro a su vida, y, es que se encuentra casualmente, un manuscrito, que resulta ser una novela buenísima. Pero tras ese manuscrito hay una historia de alguien que le hace ver que se ha hecho rico, gracias a su desgracia, y, puesto que le ha robado sus palabras, también debe quedarse con su dolor.
Si a alguien se le ocurre una idea que lleva a la práctica y lo convierte en empresa, necesitará de gente no tan inteligente, pero que le ayudará a llevar a término su trabajo. Si quiere enriquecerse con esta idea lo podrá hacer, pero, si es honesto, deberá compartirlo con sus trabajadores y ayudantes, para que, todos puedan vivir bien y, en éste como en la mayoría de los países, el egoísmo humano, lo va a impedir.
Recuerdo en un viaje por Suecia, país que admiro notablemente, el conductor del bus, cuya empresa era de ese país, me comentó que su jefe, el empresario y dueño de una flota de 10 autobuses, apenas ganaba un poco más que los empleados, puesto que éstos llevaban la carga del trabajo, mientras que su gestión, aparte de su aportación económica a la hora de comprar la empresa, no justificaba, enriquecerse a costa de ellos.
Desgraciadamente éso no lo he visto en España, y, dudo que por mucho que cambien las cosas, como está pasando actualmente, lleguemos a esa demostración humana y cultural de los escandinavos.