Primero que nada, agradecer al amigo de mi hija que me recomendó leerlo. Aunque en principio pensé que iba en la línea de su libro "El mundo azul", que es una novela, este libro te cuenta su filosofía de vida y trata de compartirlo con el lector. Es muy entretenido y sobre todo te engancha desde el principio porque de alguna manera, el autor se muestra tal y como es. Con toda humildad trata de explicarnos con ayuda de algunas herramientas, como poner en práctica lo que aprendió durante sus diez años de enfermedad de cáncer. Lo que más me ha gustado es que, ó lo hace muy bien, ó sólo alguien que lo ha pasado muy mal, es capaz de tomarse la vida de esa manera. Y ¿Qué manera? te estarás preguntando. Buena pregunta. Pues de esa manera en que todos debemos tomar la vida. Aceptando los malos momentos con resiliencia para poder, llegado el caso, disfrutar la siguiente etapa, sin caer en los errores del pasado.
Tal y como he comentado anteriormente en otros artículos, al final, lo que todos queremos es ser felices, pero no se puede estar en ese estado en todo momento, además de aburrido, desgraciadamente no estamos, aún, preparados para ello.
Es sacar partido de los malos momentos para disfrutar de los buenos. Es tomarnos todo como debe tomarse en cada momento y pasar página. No quedarnos estancados. Disfrutar de todos los momentos, buenos y malos. Aceptar nuestro estado de ánimo de buen grado. Cuando estamos depres, pues, a fastidiarse toca, pero ya está... Todo pasa. Y si no pasa, pues ya está. Hasta aquí hemos llegado. No quiero extenderme más de lo necesario. Nos dice que el dolor no tiene su razón de ser. Que no hay que temer a la muerte, más que a la vida, etc.
Estoy de acuerdo. Sólo hay este momento. Ayer ya no existe y mañana tampoco.
Que hoy es un mal día. Bueno. Mañana será mejor. La actitud, amigos, ya lo he comentado en alguna ocasión, lo es casi todo.
Vale, alguno me dirá, el porqué de ese título. No quería entrar en detalles, pero en mi opinión podría haber elegido cualquier color, así como elegir cualquier número en vez del 23. Me ha ha hecho mucha gracia su teoría sobre este número, pero bueno, al que le pique la curiosidad que lea el libro.
Mi opinión personal sobre los amarillos (que él describe como personas fantásticas que aparecen en nuestra vida a poco que nos paremos a otear en el horizonte) es que realmente estamos rodeados de gente fantástica a la que hay que darle una oportunidad, ó mejor aún, darnos una oportunidad a nosotros mismos para conocerlos...
Y es que volvemos a lo mismo. Son tan grandes sus ganas de vivir que quiere transmitírnolo a cualquier precio. Y yo lo compro. Es sólo cuestión de ganas. De ganas de vivir, de no tener miedo a hacer lo que nos apetece, a saludar a tod@s, aunque no nos devuelvan el saludo. Qué más da. Lo hago por mí no por los demás... Y cuando menos te lo esperes, estarás recibiendo lo que has dado...
Gracias Albert. Hace falta más gente como tú...