Tras un parón de unos meses, después de la edición del libro "Melianus" en diciembre de 2022, que recoge la mayor parte de los artículos contenidos aquí, retomamos el blog, en esta ocasión dedicando un comentario sobre el libro "Migraña, una pesadilla cerebral" de Arturo Goicoechea, un eminente Neurólogo. Sin desperdicio.
Este libro, recomendado por Rafael Santandreu en su última conferencia en Gran Canaria, viene a decirnos en pocas palabras que la enfermedad que lleva el título de su libro está en la mente del paciente, que puede haberlo heredado de algún familiar, pero no genéticamente, sino por haberlo vivido en su infancia como normal.
Paso a relatar escuetamente algunos párrafos de su manuscrito.
Nos cuenta que el mundo actual, genera bastante malestar en forma de dolor, desánimo y desasociego. Y estamos en la "Sociedad del Bienestar" que según él, potencia el malestar. La "civilización" nos pasa algún tipo de factura.
Cuidamos a nuestros retoños con especial cuidado hacia lo peligroso. Vivimos más, pero sufrimos y nos alarmamos mucho. Por nada.
Nuestro organismo, como las grandes ciudades, está poblado de todo tipo de individuos celulares: autóctonos, emigrantes, turistas, donantes, despistados, delincuentes, especuladores... No hay que fiarse de ninguno. Hasta "los de casa" pueden crear problemas.
Disponemos, al menos, de los mínimos de subsistencia (alimento, agua, cobijo y amparo social). La expresión "mi hij@ no come nada" no hace referencia a que no tenga que comer, sino que no quiere comer...
En fín, todo hace pensar que el organismo necesita esforzarse para estar bien. De ahí, por ejemplo, el efecto beneficioso del ejercicio sobre la salud.
Nos dice que el dolor no es daño. Que el dolor nos alerta, porque el organismo recibe informes alarmistas. También comenta que tenemos mucha información sobre salud y enfermedad, pero que no garantiza que estemos bien informados.
También nos advierte, que tras la falsa ciencia, se desarrolla la verdadera, la altruista, sin servidumbres de mercado. Muchos profesionales que desarrollan la verdadera labor que no interesa a los "alternativos". Cada cual que saque sus propias conclusiones. Estoy de acuerdo con él... Y le doy las gracias por compartir algo que no es de dominio público.
Y para finalizar nos deja un único consejo, en tercera persona:
Racionalice, controle el conocimiento, las tendencias emocionales del cerebro, alimentadas por la cultura alarmista.