"La felicidad no está en lograr algo ó llegar a una meta, sino en el camino que recorres para conseguirlo".
Pongamos los ejemplos típicos de máximo bienestar. Salud, dinero y amor.
Cuando disponemos de estas cosas en abundancia ya no lo apreciamos, pero cuando nos cuesta alcanzarlo, si lo logramos, es cuando apreciamos su valor.
Si luchamos por conseguir algo, trabajando duro ó imaginando como vamos a conseguirlo, disfrutamos de todo ello.
En el amor es igual. Nos gusta alguien. Si nos corresponde, le regalamos flores y las recibimos, le invitamos a salir para conocernos mejor y esa invitación es aceptada... ¡Que mariposillas en el estómago! Lo difícil es mantener ese estado.
El dinero que necesitamos para conseguir ó comprar algo que necesitamos por encima de todo... Lo conseguimos y luego nos aburrimos... Vueltas a empezar.
La salud es más delicada. En los últimos tiempos nos enfermamos con facilidad para conseguir rápidamente lo demás, y eso amigo, no se paga con nada, y menos con dinero. De ahí que muchos orientales, como los tibetanos, no abundan en riquezas materiales, pero viven muchos años, de manera natural, no artificialmente como nosotros.
Al final todos vamos al mismo sitio, pero unos no necesitan mucho para ser felices ...
Cada cual que saque sus propias conclusiones.
El caso es que en nuestra cultura occidental capitalista y consumista, en la que no cabemos todos, porque como he dicho en muchas ocasiones, para que unos vivan bien, muchos deben vivir mal ó peor, he podido comprobar que nos manipulan desde hace mucho tiempo, siguen haciéndolo, y el resto seguimos embobados a éstos que se descojonan de nosotros con lágrimas de cocodrilos.
Vamos a poner un ejemplo y lo dejamos por hoy.
Cuando algo se pone de moda, como por ejemplo, los móviles de última generación, todos, aunque no tengamos recursos, debemos hacernos con ese modelo, porque claro, a ver como vamos a vivir sin ese teléfono de última generación que me facilita la vida, aunque me deje un mes comiendo bocadillos.
Aunque lo diga aquí y nos estremezcamos un segundo, no es fácil cambiar de hábitos, pero, vuelvo a insistir en el principio.
La felicidad es efímera y dura lo que dura la ilusión de conseguir algo que queremos con fuerza hasta conseguirlo. Hay quienes se cansan por el camino, porque creen que no lo van a conseguir, pero, créanme, podemos hacer lo que queramos, aunque no sea en la medida que lo queramos, depende de la fuerza de voluntad.
Créanme también, cuando les digo, que, nadie nos va a tocar en la puerta para regalarnos nada, antes sí, quitárnoslo.