17 de diciembre de 2024

La Supraconciencia existe. Doctor Manuel Sans Segarra.

"Vida después de la vida".

La muerte es parte de la vida, puesto que ya lo tenemos seguro al nacer, y gracias a ella volvemos a nuestro origen. ¿Cuál? Vamos allá.

Somos energía y como sabemos, ésta ni se crea ni se destruye. Sólo se transforma.

Además, todo en el Universo es energía y como tal se propaga en ondas.

Cuando cambias la forma en que ves las cosas, las cosas que ves cambian.

De éso va ésto...

La Supraconciencia (alma, espíritu ó como quieras llamarla), tiene continuidad fuera del cerebro y persiste a pesar de la muerte clínica.

Por ello, aunque la muerte signifique el fin de nuestro cuerpo físico, tal y como lo conocemos, no es el fin de nuestra existencia, pues nuestra energía continúa existiendo en nuevas formas, perpetuando el ciclo infinito de la vida y la muerte.

Entonces, ¿Por qué la tememos?

Pues en particular por el instinto de supervivencia, que no es más que una herramienta biológica para sobrevivir a peligros y riesgos.

Además, supone dejar todo lo conseguido durante la vida y por lo que hemos luchado.

Pero la realidad, amiguete, es que venimos sin nada y sin nada nos vamos...

Lamentablemente, en nuestra sociedad donde se promueve la ignorancia, la pobreza, la enfermedad y el miedo, permite el sometimiento y la manipulación en favor de unos pocos "depravados".

Sin embargo, podemos elegir vivir en armonía con nuestra realidad existencial. Sea la que sea. Celebrar la vida, amar y enfrentar la muerte con serenidad y aceptación, porque la muerte no existe, no es un proceso biológico, sino espiritual.

Pero claro, necesitamos la Supraconciencia.  Se puede alcanzar por dos medios:

1. De manera inconsciente. Ésto pasa en los pacientes que han vivenciado una ECM (Experiencia cercana a la muerte, en la que, según nos cuenta el libro, pasas a otra dimensión en la que te ves desde fuera, hasta que regresas, si te reaniman).

2. Meditación. Previo control de la relajación, la respiración y la concentración.

En resumen, al nacer, la Supraconciencia se introduce en un cuerpo, se identifica con él y se olvida de su realidad, que es holística con la primera energía.

Por ello, cuando nacemos, todos sonríen de alegría y nosotros lloramos. Con la llegada de la muerte todos lloran y el moribundo se encuentra en paz y gozo al contactar con la Supraconciencia.

En lo particular, este texto me ha impactado, no sólo por escribirlo un reputado cirujano que cuenta varios sucesos que le han llevado a estas líneas, sino que tod@s tenemos, aunque no las recordemos, casos que se ven reflejados aquí. Cómo una mariposa monarca, por ejemplo, que de vez en cuando nos visita.

Alguna vez que se nos ha encendido el televisor sin motivo aparente, ó cae algo al suelo que no tenía porqué caerse.

Cuando nos hemos visto fuera de nuestro cuerpo en algún caso, como en un ataque de risa en el que creemos que vamos a morir asfixiados por que no podemos parar, etc...

También tengo presente cuando le pregunté a una de mis hijas cuando tenía sólo dos ó tres años, que había sido en su vida anterior*, y su contestación, poniéndome su bracito en el hombro, y a mí los pelos de punta:

"Ya no me acuerdo papá..."

Si entonces, me quedé a cuadros, con esta lectura ya me terminé el traje...

*(En relación a un libro de Brian Weiss, "Muchas vidas, muchos maestros).