Utilizemos este símil para compararlo con la vida. Según ésto, el trabajo que hayas puesto en arar la tierra, para luego sembrar, para luego regar y abonar y quitar la maleza y un largo etcétera, te supondrá una buena cosecha. Sin embargo, ésto, siempre no es así. Depende del mal tiempo, ó las plagas, ó las sequías, podrás tener una buena ó una mala cosecha. En el mejor de los casos, que no se te presente ningún imprevisto, habrás currado como un burro para tener, digamos, una buena cosecha de papas, que te permitirá alimentarte y vender el excedente para vivir mejor. En el peor de los casos, que pierdas toda la cosecha, por cualquier motivo, "y haberlos hailos", habrás currado para nada. Es probable que en este último caso, hayas hecho algo mal, ó seguramente, muchas cosas mal, para que no tengas ni para alimentarte, y, en muy contadas ocasiones, por digamos "mala suerte en la vida", habiendo hecho las cosas medianamente bien, todo se va al garate. Esto sigo sin enterderlo, pero, como he comentado al principio del blog, con ejemplos, hay gente que pasa por ésto.
En una escala del 1 al 5, creo que mi cosecha es un 3. Pero influyen muchos factores. Desde luego, el ayudar a los demás, para recibir luego ayuda, sólo en un 25%. Las plagas y el mal tiempo, a Dios gracias, si es que está ahí, no me han afectado demasiado. El trabajo, sin estar bien hecho, creo que rondaría entorno al aprobado por los pelos, y, poco más...
Podría decir, y, de hecho lo digo, que me quiten lo bailao, pero, por algún motivo que desconozco, no me termina de convencer, y, sinceramente, volver a plantar otra siembra como cuando terminas tus estudios y vas a comerte el mundo, desde luego, ya no creo que vuelva a hacerla.
Lástima, lo que sé ahora y hubiese puesto en práctica entonces, ó no, pero, claro está, cada cual que atienda su siembra. Sólo un consejo más. En el transcurso de la vida, hay un boomerang, todo lo que hagamos, sea bueno ó malo... Algún día volverá.