Hablo desde mi experiencia y entender. Actualmente los agentes inmobiliarios que quedan, actúan como su propio nombre indica como intermediarios en una compra venta de inmuebles, pero con matices. Normalmente conoces al profesional, porque ha estado contigo durante un tiempo considerable, enseñándote propiedades que te puedan interesar, y, llegado el momento final le dejas en sus manos la tuya para que te la venda.
Y comienza el circo. Ofertas para aquí, ofertas para allá... Desgarran la propiedad buscando tu beneficio y, obviamente el suyo propio. Mastican la propiedad hasta que al final la escupen, desnuda, desprotegida. No hay ningún tipo de cariño en la transacción. Sólo dinero por medio. Cierto es, que nadie te obliga a aceptar lo que te dicen, pero confías en ellos, porque se han portado bien, hasta ese momento.
Luego, una vez se ha llevado a cabo la operación, lo que queda es una sensación de vacío, en la que el haberte equivocado ó precipitado te ronda durante mucho tiempo.
Es lo que toca cuando haz comprado una propiedad cara en el año 2007 y la vendes por la mitad de precio en el 2013.
Espero que no se me revuelvan las tripas dentro de 10 años, cuando vuelva a leer este artículo y las cosas hayan cambiado drásticamente.
Todo lo que he dicho anteriormente, lo digo, al contrario de lo que pueda parecer, con gran cariño y respeto por mi agente inmobiliario que me ha tenido que soportar durante todos estos años, en los que he tratado de comprar la casa de mis sueños a cambio de un apartamentucho en Las Canteras, y de mi vivienda habitual, que no se ha vendido, y, no creo que se venda. Y si así fuera, con lo que saque por las dos propiedades no tendré ni para pagar la mitad de algo que me guste, que era la idea inicial :
Piso+apartamento = casa.
Actualmente :
Piso+apartamento = nada.
... Por tanto, mi gozo en un pozo.